Sinopsis


1) Bruno en la hoguera.

Pers.: Giordano Bruno (tenore di grazia); Diana (soprano coloratura); Vulcano (Coro Misto).


Bruno arde en la hoguera. Ésta es como el bauprés (palo de horizontal de proa) de una nave. Bruno, atado a ella, es proyectado hacia la boca del escenario, sobre el foso. Detrás, sobre el escenario, canta el coro, dispuesto a modo de configurar la silueta de un volcán (el Vesubio). Metáfora, esta escena, del fuego creador, como en una fundición de bronce. 

La escena se transforma en un desierto de cenizas ardientes.



2) Circe, el Estigia y la barca mística.

Pers.: Giordano Bruno; La Maga Circe (Soprano dramático).


Una barca se acerca desde la lejanía. Una barca instrumento (Contrabajo –Uxia M. Botana–como el mástil del instrumento). El cuerpo de Bruno (ardiendo) es recogido por la barca, que se acopla a la proa a la que está atado Bruno. Surge la ‘voz interior’ de Bruno, una suerte de dúo con el contrabajo. La maga Circe explica a Bruno, ausente y confuso, que están atravesando la laguna Estigia en dirección al Hades –el olvido– ; Bruno le dice que no quiere el olvido, sino beber de las aguas de Mnemosyne –la memoria–; Circe le recuerda entonces lo que le han hecho en Roma.



3) Domini-Canes. Inquisidores-Demonios.

Pers.: Giordano Bruno; Dos inquisidores (barítono, bajo-barítono); perros-demonios

(coro masculino).


En torno a la barca van apareciendo las figuras de perros-demonios y de dos inquisidores, que profieren las principales acusaciones por las que Bruno fue condenado a la hoguera. Bruno, haciendo oídos sordos, proclama la infinitud del universo Todo-uno.



4) Isabella I y el alfabeto porcino. El canto de Circe.

Pers.: Isabela I, reina de Inglaterra, y su séquito (grupo 7 sopranos del coro: 1+6); Bruno; Circe.


Bruno y Circe, en su barca, llegan a una isla que bien podría ser el Hades. Poblada por animales fantásticos y en primer lugar cerdos, jabalíes y puercoespines. Aparece la Reina Isabel I y su séquito. Ésta se interesa por la artes de la memoria brunianas y Giordano, burlón y tomando las figuras de cerdos y jabalíes como ejemplo, recita parte de un ‘alfabeto porcino’ como sistema mnemónico. En una acción paralela, la maga Circe comienza una mágica invocación (Canto de Circe). Isabela I, molesta por la descarada actitud de Bruno, le declara ‘infiel, impío y ateo’ y se aleja, despectiva, de la escena. Circe continúa con la invocación. Se produce un gran crescendo musical y coral con la imagen de animales diversos elevándose a la cúpula celeste (mar celeste; arriba como abajo).  Silencio intenso, musical, del que surgirá una fuente luz y en ella, flotando, Diana.



5) Diana.

Pers.: Diana (soprano coloratura). Breve intervención del Coro al inicio de la escena.


Aparece Diana, desnuda, bellísima, como suspendida en una fuente de luz que se proyecta desde los cielos. Diana representa la naturaleza revelada, la naturaleza infinita como Todo-uno. A través de Diana (“gémino esplendor de la divina bondad y belleza”) escuchamos la resonancia de lo más sublime del propio pensamiento de Bruno, su propia concepción del universo (De Immenso, IV, 14). Aria de enorme belleza y momento central de la ópera.



6) Acteón.

Pers.: Bruno/Acteón.


Instalación y acción escénica con música. Bruno es devorado por los perros. El cazador se convierte en caza. Los perros, los pensamientos de Bruno sobre las cosas divinas, devoran a este Acteón, liberándolo de la cárcel carnal de la materia. Ya no verá a su Diana a través de ventanas, sino que se habrá convertido en el único ojo que ve todo el horizonte. La divinidad se refleja y se contempla en la naturaleza, Diana. Tras unos instantes de silencio, la vida de Bruno (viajes) –ciudades, fechas y frases– pasa velozmente como en una rueda de la memoria. El coro, en un gran glissando descendente, se escucha como una nube de recuerdos y brumas.



7) El Teatro de la Memoria.

Pers.: Enrique III, rey de Francia, y su séquito (grupo de 5 tenores del coro: 1+4);

Emperador Rodolfo II de Habsburgo y su séquito (grupo de 3 bajos del Coro: 1 bajo- barítono + dos bajos).


Lentamente emergerá del mar el gran Teatro de la Memoria.

Gradualmente se va iluminando el gran Teatro de la Memoria [una estructura–instrumento con planchas colgantes de acero inoxidable, que ocultan todos los fantásticos personajes de la memoria, figuras que Bruno irá revelando poco a poco. Estas planchas (lastra o ‘thunder-sheet), tocadas con ‘super-ball’ por los integrantes del coro, resuenan como un ‘canto del universo’. Sonoridad que gradualmente se irá haciendo más presente y se irá mezclando con las voces del coro].

Los personajes de Enrique III y Rodolfo II interrogan a Bruno sobre el arte mágico de la Memoria y así se irán descubriendo las fantásticas imágenes que Bruno asocia en su sistema a las constelaciones.



8) Expulsión de la bestia triunfante.

Pers.: Júpiter (bajo-barítono); Momo (barítono ligero); Sofía (soprano dramática) Consejo celeste (coro).


Una vez desplegadas en el Teatro de la Memoria las constelaciones, aparecen ahora en escena Júpiter, Momo, Sofía y los dioses del Consejo Celeste, con intención de expulsar los viejos vicios, bestias triunfantes, de la cúpula celeste. Es el día de la celebración de la Fiesta de la Gigantomaquia. Júpiter propone que la reforma ocurra a mediodía, luz del entendimiento y la razón, y todos recuerdan que la forma de reparación pasa por sacudirnos de los hombros y eliminar de nuestro cielo interior los errores y vicios que arrastramos. Momo alude a Orión como a un falso salvador. Después de remplazar algunas constelaciones, se propone finalmente el SILENCIO en el lugar que ocupan PISCIS.



9) Cena del Pez Austral.

Pers.: Júpiter, Momo, Sofía, Consejo celeste (coro).


En la parte superior de la escena los dioses se preparan para el banquete celeste.

Después de explicar la naturaleza simbólica de Diana y Acteón, se preguntan qué hacer ahora con la única constelación que resta por reformar en los cielos, el Pez Austral. Júpiter señalando hacia aquel, decide que sea retirado y solo quede su retrato, y que el susodicho Pez sea cocinado «parte in craticchia, parte in guazzetto, parte in agresto (…)» para gusto de quienes ya tanto han trabajado en la reforma celeste. Cantan todos. Música de marcado caracter napolitano, en el fondo se escucha una variación de la famosa tarantella Lo Guarracino. Por los corredores del Teatro se oye ya el alboroto de jóvenes y niños.



10) Nápoles.

Pers.: Fanciulli (raggazzi/e del coro giovanile + coro giovanile e di voci bianche);

Profesoresse (contralti del coro).


Niños y jóvenes entran con gran alboroto por las puertas del patio de butacas y saltan/escalan hasta el escenario. Color y movimiento. Los niños, alternando sus voces en una suerte de espiral, van cantando el bello texto autobiográfico de Giordano Bruno (De immenso, Libro III, Capitolo I ) sobre el Vesubio. En su camino se cruzan con una familia de músicos entre los que destaca una joven que toca un gran instrumento de cuerda pulsada (la Diana encarnada). Un joven novicio escucha embelesado (¿quizás el joven Giordano?). Al pasar por San Domenico Maggiore y el Palacio de San Severo (que fuera residencia del compositor Carlo Gesualdo), se oyen campanas y el eco de las Lamentaciones de Carlo Gesualdo se mezcla con la música de los niños. Van llegando a la Bahia de Nápoles.



11) … y el Mar.

Pers.: Bambini – Oceàn e Giove– (2 bambini + altri del coro); bambina –Isabella I–;

Ragazze-ninfe.


El mar y un gran sol ardiente de atardecer (al fondo el Vesubio). Ya en la playa los jóvenes se van dispersando a jugar y solo quedan los niños más pequeños. Dos de ellos hacen el papel de Júpiter y Océano, cantando la «Canción de los iluminados» (Eroici furori, II, 5). Una niña pequeña hace el papel de Isabella I y baila con el viento y las olas del mar. La acompañan un pequeño grupo de chicas–ninfas. Las voces se mezclan con el rumor del viento y las olas del mar.

BRUNO–OPERA © 2019

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